~My Almost Girlfriend~ Capítulo 2

Aquí ya el segundo capítulo. Como sabéis, es un "Past Days", así que tratará partes del pasado de Taiyou y compañía. Se me olvidó decir anteriormente, que la mayoría de los capítulos van a ser "Past Days", así que preparaos para otra comedia romántica escolar más.

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~Capítulo 2: Declaración fallida~

RED Scarlett es una escuela privada interna fundada por Kouhei Tsukishiro dedicada a la enseñanza del arte en todos sus campos. La escuela tiene enseñanza Secundaria, de Bachillerato y Universitaria. Recientemente también tiene enseñanza Primaria.

Las formas de acceder a ella son muchas, pero sin duda no dejarán entrar a alguien que no tenga un talento destacable en alguno de los campos de lo que enseñan, no dejando entrar siquiera al rico que no tenga talento sólo porque pueda costearse la matrícula.

Entrar en esta escuela, además, asegura un puesto de trabajo en cualquiera de las empresas del fundador.

[Past Days]

Taiyou Takamura, de quince años de edad, se caracterizaba por ser un estudiante brillante, de expediente impoluto si no fuera por sus malas notas en deportes, puesto que nunca fueron lo suyo. Taiyou destacaba, sobre todo, en Literatura. No había nada que le gustase más que leer y estudiar literatura... No, un momento, sí que había algo: su amiga de la infancia Momoka Hatori, quien llevaba en su clase desde siempre. Incluso cuando entraron en RED Scarlett cayeron en la misma clase, y eso llevaba repitiéndose año tras año.
Ambos vivían en los dormitorios de la escuela, y cada uno compartía dormitorio con alguien más. En el caso de Momoka, era con Nadeshiko Suzuki, mientras que Taiyou compartía habitación con Shinji Tsukishiro, el hijo del director, y el cual había decidido por sí mismo vivir allí.


Ese día Taiyou dormía plácidamente en su cama cuando se despertó. Aún con los ojos casi cerrados, se sentó y giró la cabeza hacia su despertador. Sintió el corazón le daba un vuelco cuando vio que sólo quedaban veinte minutos para que empezaran las clases. Saltó de la cama y se quitó veloz el pijama, enfundándose igual de rápido en su gakuran mientras maldecía una y otra vez a Shinji y juraba que se las pagaría por diez cuando lo viese. Corrió a la pequeña cocina que tenían todas las habitaciones para poder desayunar algo. Y allí lo encontró: un vaso reluciente lleno de leche con una etiqueta que decía: «Bébeme ♡». Taiyou, quien tenía complejo de altura (pues medía 1.67 m.), y que odiaba la leche, susurró:
— Si bebo eso, encogeré... Mejor paso del desayuno —dijo marchándose rápido de los dormitorios.


La puerta del aula se abrió de golpe y apareció un Taiyou jadeante.
— Por... fin... llego.
Un chico con rasgos occidentales, rubio, de piel clara y ojos claros, poco más alto que Taiyou, se acercó a él. Se trataba de Shinji.
— Caray, hoy sí que llegas tarde, Taiyou. Normalmente llegas diez minutos antes de que empiece la clase. Hoy, sin embargo, sólo quedan cinco.
Taiyou lo cogió del cuello del gakuran y gritó:
— ¡Todo es culpa tuya! ¡Pudiste haberme despertado!
— Parecía que querías descansar un poco más, así que decidí dejarte dormir.
— ¡Déjate de chorradas! ¡¿Tu padre no pudo construir la puerta de la escuela en el mismo lado que la de los dormitorios?! ¡He tenido que rodear todo el edificio corriendo para llegar a tiempo! ¡¿Y qué era eso de la leche?! ¡¿Acaso quieres morir hoy?! ¡Porque si es así, te maldeciré, y cuando te levantes mañana estarás calvo! ¡Después te mataré, te descuartizaré, te ataré con tus propios pelos, te quemaré y arrojaré tus restos al mar!
— Vaya, que miedo —respondió su amigo.
— Eso sin nombrar que te mataré estrangulándote con tu propia lengua.
— Vale, ahora sí que tengo miedo.
— ¡Ah~! ¿Qué es todo este alboroto tan temprano? —dijo un chico entrando por la puerta.
Se trataba de Yamato Yamada, de la clase 2 de tercero. Un chico de cabello rojo, y más alto que los otros.
— ¡Alto, Yamato! ¡Tienes prohibido entrar en esta clase! — gritó Shinji extendiendo los brazos a ambos lados.
— ¿Qué eres? ¿Un crío de Primaria? Y no uses mi primer nombre, enano.
— Je, ¿y quién dice que soy enano?
— Ah, es verdad. No eres enano, eres diminuto.
En ese momento, Taiyou tuvo que sujetar a Shinji, porque ya se lanzaba sobre el otro.
— ¡Suéltame! ¡Voy a demostrarle a este gilipollas lo que los enanos podemos hacer! ¡Taiyou! ¡Esta noche hay que tomar tres vasos de leche y hacer treinta repeticiones de estiramientos hacia arriba antes de irnos a dormir!
— ¿Tres vasos de leche y treinta repeticiones de estiramientos?
Yamato simplemente se limitaba a reírse.
— ¿Qué está pasando aquí? —dijo entonces una voz.
— ¡Suzuki-san! —exclamó Taiyou.
Y ahí estaba ella, Nadeshiko Suzuki, Presidenta del Consejo Estudiantil de Secundaria. Una chica guapa, con el pelo largo y de color claro, con los mechones más cercanos a su cara recogidos detrás en una única coleta y dejando el resto del cabello suelto. Sin duda sería la clase de chica que sería popular entre los chicos si no fuera por un pequeño problema... era casi tan alta como ellos: medía 1.74 m., lo hacía que los chicos no vieran su belleza, ya que antes de ello, se fijaban en altura.
— Yamada-san, de nuevo estás causando problemas. Regresa a tu clase —dijo firmemente.
Al igual que Taiyou, Shinji y Momoka, ella no soportaba a Yamato en absoluto, puesto que si había algo que de verdad le quitaba el sueño, era su compañera de habitación, es decir Momoka. Nadeshiko jamás se había enamorado, así que su amiga lo era todo para ella, y como cada vez que Shinji o Taiyou se metían en algún problema, Momoka iba a defenderlos y entonces allí iba detrás Nadeshiko a defender a su amiga.
— Suzu...
— ¿Qué ocurre aquí? —dijo otra voz.
Todos se giraron hacia la puerta del aula. Una chica más bien bajita, de cabello oscuro, ligeramente ondulado, recogido en dos coletas, entró en el aula.
— Yamato-kun, ¿ya estás otra vez en problemas? —dijo la recién llegada.
Se trataba de Noa Kudo, una chica famosa por ser completamente inexpresiva. Y porque el hijo del director se le declaraba a los cuatro vientos casi a diario...
— ¡Noa-chan! —gritó Shinji, saltando sobre ella, abrazándose a ella, con cara de suma felicidad, consiguiendo que Taiyou se preguntase que cómo se había soltado si unas milésimas de segundo antes lo tenía sujeto—. ¡Por favor, sal conmigo!
— Lo siento —respondió ella. La misma respuesta de siempre—. Vamos, Yamato-kun —dijo agarrando a Yamato del cuello del gakuran.
El pelirrojo le sacó la lengua a Shinji a modo de burla, haciendo enfadar al otro.
— ¡No lo soporto! —exclamó una vez que los de la clase 2 se hubieron marchado del aula—. ¡De niño no era así!
Shinji y Yamato eran amigos de la infancia, pero debido a que los dos se enamoraron de Noa, su relación se torció, y su amistad se rompió. Noa nunca había mostrado preferencia por ninguno de los dos, al menos no en el plano romántico, pero también era cierto que parecía llevarse mejor con Yamato que con Shinji.
Shinji bajó los hombros y dio un largo suspiro.
— Oye, Shinji...
— ¡Taiyou! —esclamó una voz femenina.
Al chico no le dio tiempo de reaccionar antes de que Momoka se lanzara sobre su cuello, y él se tambaleó, apunto de caer.
— ¡Uah!
— Te gusta restregarme tu suerte, eh —dijo Shinji divertido a su amigo.
— ¡Claro que no!
Momoka no entendía de qué hablaban.
— Oye Taiyou, hoy has venido más tarde, ¿qué te ha pasado? —preguntó.
— ¡Este desgraciado me ha dejado durmiendo! —acusó.
Shinji se limitó a sonreír y a mirar a otro lado mientras sacaba la lengua.
— Tu cabello está horrible, ven conmigo.
Y antes de que el chico pudiera decir algo, ella ya lo había sacado del aula.
— No hay tiempo para salir fuera, así que entremos aquí.
El baño de las chicas...
— ¡Ah, p-pero...! ¡Yo no puedo entrar ahí!
— Sólo será un momento, y además todo el mundo piensa que eres asexual.
— ¿Ah?
— La gente dice que te acabarás casando con la biblioteca pública.
— ...Creo que te equivocas de persona.... ¿Casarme con la biblioteca pública?
Taiyou metió la cabeza bajo el grifo del lavabo y al sacarla, Momoka lo secó un pañuelo.
— ¿Ese es el que te regalé?
— Ajá —respondió ella mientras le peinaba con los dedos.
— Creo que hubiera sido mejor si sólo me hubiera mojado los dedos —dijo al ver su reflejo.
— Tonterías, estás bien así —sonrió—. Volvamos a clase.


El profesor estaba apunto de empezar la clase cuando la puerta del aula se abrió y se asomó un chico alto, de pelo azul, vestido con un uniforme de estilo parroquial. Se trataba de Taiga Yukimura, de primero de Bachillerato.
— ¡Buenos días, siento llegar tarde...! —gritó, y la voz se quebró cuando vio a toda la clase y al propio profesor girarse hacia él. Todos los estudiantes llevaban gakurans y seifukus...— ¡Me he equivocado de edificio! —gritó mientras corría por el pasillo, alejándose del aula, mientras que todos los alumnos de la clase, e incluso el profesor, reían, excepto Rin Ayuzawa, quien se llevó una mano a la cara, sintiendo vergüenza ajena por su senpai.


— ¿Lo has oído? Al parecer Yukimura-senpai ha vuelto a equivocarse de edificio esta mañana —dijo Shinji a la hora del almuerzo—. Ha entrado en 3º-3 esta vez.
— No, tío, ¿en serio? —respondió Taiyou—. Ya estamos a diciembre. Podría aprenderse el camino al edificio de Bachillerato.
— Al menos no se mete en el de Primaria —rió Shinji.
Taiyou también empezó a reír.
— Me pregunto qué habrá dicho Ayuzawa-san al verlo. Debe ser impactante ver a la persona que te gusta hacer ese enorme ridículo —susurró.
— Lo peor de todo es que la mayoría de las chicas van tras él. De todos modos, no creo que a Ayuzawa-san le haya impactado. Dijo que iría a verlo al club de baloncesto hoy.
— Ya... —Taiyou echó la cabeza hacia atrás, mirando al cielo—. Yo también hago el ridículo a menudo, y Momoka no se aleja de mí. Aunque supongo que eso es porque ella sólo me ve como un amigo o un hermano.
— Deja de ser tan deprimente —le regañó Shinji—. Si tú no tienes posibilidades con Momoka, ¿qué posibilidades tengo yo con Noa-chan?
Taiyou no sabía que responder. Momoka y él se habían criado juntos, en la misma casa. Por eso eran tan amigos.
— Por cierto —dijo Shinji—, ¿qué le regalaste por su cumpleaños?
— Unas horquillas.
— Qué soso eres.
— Ya bueno, ese es un problema que debo resolver.
En ese momento, la puerta de la azotea se abrió y por ella apareció Momoka con un bento liado en un pañuelo.
— Chicos, os he estado buscando por todas partes —les dijo.
— ¿No ibas a ayudar a Suzuki-san con el papeleo del Consejo durante el recreo? —le preguntó el rubio.
— Sí, pero ha acabado por decirme que no la ayude. Creo que no quería que la viera elaborar algún plan diabólico contra Yamada-kun. Yo también quería participar. Después de todo, no deja de meterse con vosotros. —Una mirada diabólica se reflejó en su rostro al pensarlo. Le tomó las manos a Shinji—. La declaración de hoy ha sido tan directa como siempre. Queremos que sepas que todos te apoyamos por tu esfuerzo. —Le soltó las manos y se las llevó a las mejillas, ligeramente sonrojada—. Yo también quiero que se esfuercen tanto por declarárseme.
Shinji le lanzó una mirada divertida, a la vez que acusadora, a Taiyou quien no pudo evitar sentirse incómodo.
— Eso es una indirecta —susurró Shinji.
Taiyou pensó que iba a morir de la vergüenza.
— ¿Una indirecta para quién?
— Pues para quién va a a ser. Para t... — Taiyou saltó sobre su amigo tapándole la boca y riéndose lo más fuerte posible.
— Taiyou, si sigues tapándole la boca, acabarás por matarlo —dijo ella al ver que Shinji empezaba a ponerse morado.
— Ups...



Taiyou rellenó la ficha para llevarse el libro de la biblioteca de la escuela. Lo metió en su mochila, y al salir por la puerta, le esperaba Momoka envuelta en su abrigo y su bufanda. Estaba ya anocheciendo.
— Hola —dijo alegremente.
— Momoka... ¿qué haces aquí fuera?
— Estaba esperándote. ¿Quieres dar un paseo por aquí antes de volver a los dormitorios?
Él asintió.



— ¿Escuchaste lo de Yukimura-senpai? —dijo ella mientras caminaban entre los árboles de los alrededores de la escuela.
— Sí, me pregunto cómo reaccionaría Ayuzawa-san.
— Aish, esos dos me irritan. Están enamorados el uno del otro, pero no tienen el valor de declararse. Cobardes —gruñó.
— Bueno, yo no los culparía —dijo Taiyou dándose por aludido.
— Yo tampoco tengo derecho a culparlos, pero supongo que es por eso que me irrita tanto...
Las miradas se ambos se cruzaron durante un momento, y ambos apartaron sus miradas, con las mejillas teñidas de rojo.
— A todo esto, ¿no tienes frío? —dijo ella—. No llevas abrigo...
— Ah, es que como salí esta mañana corriendo de la habitación, se me ha olvidado cogerlo.
Momoka se quitó la bufanda y se la colocó a su amigo alrededor del cuello con una sonrisa. El chico se sonrojó.
— Devuélvemela mañana —dijo ella y corrió un poco hacia delante para alejarse de él.
Taiyou agarró la bufanda, tragó saliva, y armándose de valor, con rubor en sus mejillas, dijo:
— ¡Momoka! Te quiero.
Ella se giró hacia él, algo sorprendida. Sonrió y dijo muy alegre:
— ¡Yo también te quiero, Taiyou! —los ojos del chico brillaron—. Al fin y al cabo, eres mi mejor amigo.
Las últimas palabras se le clavaron al chico como puñales en el pecho, eliminando cualquier chispa de esperanza que pudiera albergar en su corazón para que ella lo correspondiese. Casi tenía ganas de llorar. De repente recordó algo.
— Por cierto, ¿dónde vas a pasar las vacaciones de invierno? —le preguntó él.
— Aquí, en la escuela, ¿por qué?
— ¿Por qué no vienes a mi casa?
Ella sonrió con tristeza y negó con la cabeza.
— Quiero quedarme aquí.
Taiyou no quiso decir nada más. Sabía que Momoka no tenía a dónde ir desde que era pequeña. Por eso se habían criado juntos. Pero últimamente rechazaba cualquier ayuda por parte de los Takamura. Taiyou sabía que la familia de la chica no la ayudaría, porque hacía tiempo que la habían abandonado.


~Fin del capítulo 2~

Spoiler del capítulo 3: Continúa Past Days.